¿Jugando o trabajando?

Existe un malentendido común que los niños en una escuela Montessori pasan todo su tiempo jugando y que pueden hacer lo que quieran. Ninguna de estas afirmaciones es correcta.

Los niños son por naturaleza curiosos y ansiosos por adquirir conocimientos y habilidades. Interactúan naturalmente con su entorno, por lo que se crea para ellos el «ambiente preparado»: se ponen a disposición ciertos materiales para que practiquen habilidades sensoriales y prácticas. En el aula Montessori, el «juego» se denomina «trabajo» y los niños seleccionan los materiales que les interesan y se sumergen en el proceso de dominar la habilidad particular requerida.

El guía Montessori primero presenta el nuevo material al niño y luego le permite practicar.

Maria Montessori creía que los niños que son libres de elegir y actuar de manera independiente dentro de un ambiente preparado según su modelo, actuarían espontáneamente para un desarrollo óptimo. En este sentido, quizás se permite a los niños hacer lo que quieren, pero siempre son guiados suavemente para aprovechar al máximo su tiempo y esfuerzos.

International Montessori School Sotogrande

La cuestión de la disciplina en una escuela Montessori es directa.

La disciplina no involucra sobornos, recompensas ni castigos; estas son todas motivaciones extrínsecas que no ayudan al niño a desarrollar una autodisciplina interna. El enfoque Montessori para la disciplina construye en cambio la motivación intrínseca, es decir, hacer algo porque quieres, o lo disfrutas o simplemente crees que es lo correcto.

¿Cómo hacemos esto?

Escuchamos a nuestros niños con respeto, para que vean que los valoramos. Ellos llegan a entender que estamos allí para mantenerlos seguros y los apoyaremos si lo necesitan. Aprenden a tomar responsabilidad cuando algo sale mal y con el tiempo aprenden cómo resolver problemas por sí mismos. Cuando decimos «no» necesitamos dar buenas razones y no gritamos para resolver el problema: los niños modelan el comportamiento que ven, por lo que somos cuidadosos de modelar el tipo de autodisciplina que nos gustaría ver en nuestros hijos.

Encontramos formas de resolver problemas juntos para que el niño entienda por qué está ocurriendo algo: con el tiempo, los niños comienzan a entender la lógica, pero puede tomar muchas repeticiones inculcar esto.

A menudo usamos la frase «Libertad dentro de límites»: queremos que nuestros hijos tengan la libertad de hacer las cosas que quieren sin miedo a meterse en problemas, pero también reconocemos que necesitan límites y deben saber que hay límites para lo que pueden hacer y necesitan entender qué impacto pueden tener sus acciones en los demás. Conocer sus límites también les permite saber que nos preocupamos por ellos. Cuando somos claros con las reglas de la casa, los niños también lo son.

Un enfoque Montessori para la disciplina requiere paciencia y mucha repetición de nuestra parte.

Un aula donde los niños entienden sus libertades y límites, y aprecian el efecto de sus acciones en los demás es un lugar feliz y contribuye enormemente al progreso que los niños hacen en sus caminos individuales.

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