¿Cómo puedo proteger a mi hijo del sol?

¿Cuáles son los factores más importantes para proteger la piel?

Muchas familias finalmente comenzarán a disfrutar de los primeros rayos de sol, lo que también significa tomar una serie de precauciones para cuidar nuestra salud.

La piel de los niños tiene ciertas características que la diferencian de la piel de los adultos. Aunque es más suave, en realidad tiene una capa protectora externa más delgada (capa córnea), lo que significa que la probabilidad de erosión, infección o quemadura solar es considerablemente mayor que en los adultos. La falta de vello también contribuye a la fragilidad de la piel de los niños. Los adultos tienen una mayor cantidad de sebo en la piel y anticuerpos específicos en su piel que los protegen contra cualquier agresión externa, mientras que la piel de los niños está mucho más expuesta debido a estas deficiencias.

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  1. Conoce el cuidado básico de la piel de los niños.
    Lo primero y más importante es la higiene de la piel. Teniendo en cuenta que la piel de los niños tiene menos defensas naturales contra las infecciones, no debemos descuidar el baño diario. Se recomienda que el baño sea corto, con agua tibia y jabones “sin jabón” o “sindets” (sin detergentes). De esta manera, al mismo tiempo que limpiamos la piel, la hidratamos.

    Inmediatamente después del baño y mientras la piel aún está húmeda, aplicar una sustancia hidratante en cualquier textura: aceite, loción, leche o crema sin perfumes.


  1. Evitar la exposición al sol..
    Esto es fundamental porque en la infancia se recibe el 50-80% de la exposición solar de toda una vida. La piel de los niños es más susceptible a las quemaduras solares y las quemaduras solares en la infancia duplican el riesgo de melanoma. Los hábitos saludables de exposición al sol hasta los 18 años reducen significativamente el riesgo de cáncer de piel.
  2. Elegir los protectores solares adecuados
    Los protectores solares ideales para niños son los físicos, ya que los protectores solares químicos presentan mayores riesgos de irritación y alergias. Los recién nacidos y los niños menores de un año no deben estar expuestos al sol directo si el índice ultravioleta es superior a 5.

    Los primeros rayos del sol de la temporada son los más peligrosos por dos razones: porque nos cogen desprevenidos, sin filtro, sin sombrero, etc., y porque la piel aún no ha sintetizado la melanina que la protegerá durante el resto del verano.


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  1. Cómo elegir el protector solar químico adecuado y aplicarlo correctamente
    Hay 2 tipos de protectores solares, filtros físicos y filtros químicos. Los filtros físicos tienen un efecto pantalla que refleja la radiación solar para que no alcance la piel. Actúan como una sombra portátil. Los filtros químicos absorben la radiación solar y la transforman en radiación inofensiva para la piel. La mayoría de los protectores solares combinan ambos tipos de filtros para lograr una mayor protección.

    Los filtros físicos o minerales son los más seguros porque no se absorben, pero también son los peores estéticamente porque no penetran en la piel y dejan una capa blanquecina muy evidente.

Pero para evitar este efecto, muchos fabricantes han comenzado a usar filtros minerales en nanopartículas. Las nanopartículas son estructuras tan pequeñas que estos filtros ya no son visibles.

La crema siempre debe reaplicarse después de 2 horas. ¿Por qué? Porque el SPF mide la protección contra los rayos UVB, y la protección contra los rayos UVA es variable y no puede medirse. Si la crema asegura una protección de al menos 1/3 de la protección que ofrece para los rayos UVB, la palabra UVA debe estar circulada, indicando que la protección también es alta para este tipo de radiación.

La cantidad de protector solar también es muy importante. La mayoría de las personas no aplican suficiente protector solar. Debes calcular 1 o 2 cucharaditas para cada área del cuerpo: 1 para cara y cuello, 2 para pecho y abdomen, 2 para espalda y 1 para cada brazo y pierna.

También es importante no olvidar áreas particularmente delicadas como los labios, las orejas o la parte posterior de los pies. Aplica el protector en la piel seca aproximadamente 30 minutos antes de la exposición al sol.

Los protectores solares resistentes al agua pueden resistir hasta 40 minutos de inmersión, y los protectores solares a prueba de agua hasta 80 minutos, pero aún así deben reaplicarse después de nadar.

La actividad de los protectores solares se altera con el calor, por lo que es importante dejar la crema en la sombra. Por supuesto, no debe usarse si ha caducado, ni si el período de vida útil ha sido superado una vez que el envase ha sido abierto: esta información se puede encontrar en un símbolo en forma de frasco abierto que indica el número de meses que la crema mantiene su actividad una vez que ha sido abierta.

El mejor cuidado es evitar la exposición al sol en el medio del día y especialmente en los meses de verano. El uso de un sombrero, gafas de sol y ropa con protector solar son hábitos que nos ayudarán a mantener el sol alejado de la piel.

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